Un nuevo fragmento del Muro de las Lamentaciones (Kotel) y un pequeño teatro a sus pies que data del periodo romano, la primera estructura pública encontrada hasta ahora en esta zona, fueron presentadas en la Ciudad Vieja de Jerusalén por la Autoridad de Antigüedades de Israel.
En buen estado de conservación, y bajo el arco de Wilson, el único elemento que permanece del puente que permitía acceder al Segundo Templo de Herodes, Israel ha desenterrado un tramo de ocho metros del muro occidental y un pequeño teatro para una audiencia de 200 personas.
«El descubrimiento fue una verdadera sorpresa. Cuando comenzamos a excavar nuestro objetivo era datar el arco de Wilson. No imaginé que nos abriría una ventana al misterio del teatro perdido de Jerusalén», aseguró la arqueóloga Tahila Liberman.
Los hallazgos confirman los escritos históricos sobre estas estructuras que, a diferencia de grandes teatros como el de Cesárea, parece tratarse de un odeón utilizado para interpretaciones acústicas, o un bouleuterion donde se reunía el consejo de la ciudad.
Los arqueólogos israelíes creen que el teatro nunca se utilizó porque las escaleras no están completadas y que fue abandonado posiblemente debido a la revuelta judía contra el Imperio romano.
Durante una rueda de prensa en los túneles subterráneos de la ciudad amurallada, colindantes a la Explanada de las Mezquitas - para los judíos el Monte del Templo y su lugar más sagrado - los arqueólogos israelíes mostraron hoy los hallazgos de estas excavaciones «como parte del patrimonio judío y su profunda conexión con la Ciudad Santa».
«¿Por qué escondéis las excavaciones? Nos preguntan. Ahora podemos presentar esta gran investigación y lo que hacemos desde un punto de vista científico», dijo el arqueólogo del distrito de Jerusalén Yuval Baruch sobre los trabajos realizados en el subsuelo de la zona este de la ciudad, ocupada por Israel en 1967 y anexionada en 1980, en un movimiento que no reconoce la comunidad internacional.
Los hallazgos serán presentados durante la conferencia que lleva por título «Nuevos estudios en la arqueología de Jerusalén y sus alrededores» y que este año se centra en los 50 años de investigación científica desde lo que consideran la reunificación de la ciudad, cuando Israel ocupó el territorio palestino de la urbe.