Una familia de Modesto (California) ha emprendido acciones contra la dirección de un centro de escolar de primaria después de que su hijo de 5 años fuera expulsado por hacer «amenazas terroristas», según informa el canal KCRA 3 News.
Durante su tercera semana de clases el niño Jackson Riley sorprendió a su maestro asegurando que no podía quitarse la mochila porque había una bomba en su interior, que explotaría si se la quitaba.
Atónito, el maestro le preguntó si podía mirar dentro de su mochila. Después de recibir una respuesta afirmativa, el profesor comprobó con alivio que dentro de la bolsa no había nada parecido a un artefacto explosivo.
Lejos de considerarlo algo trivial, o una chiquillada, el maestro remitió lo sucedido a la administración del centro, y el niño fue expulsado durante un día. De hecho su padre tuvo que ir a recogerlo inmediatamente.
Posteriormente el centro remitió una carta a la familia argumentando que Jackson había violado las normas de la escuela al «involucrarse intencionadamente en hostigamiento, amenazas o intimidación».
Se precisaba que su corta edad no era excusa, puesto que el código se aplica a los estudiantes «en cualquiera de los grados».
Por su parte, Ian, su padre, cree que esta situación es insólita, y no considera que su hijo estuviera amenazando a nadie. Es un niño y como tal «tiene imaginación. En su mente es una especie de héroe que salvó a su profesor de sufrir la explosión de una bomba imaginaria en su mochila».
Tras algunas reuniones la dirección aceptó que los hechos no encuadraban bien en el código de conducta del centro, aunque la suspensión permanece en el expediente escolar de Jackson.
Además, enviaron a casa de sus padres una segunda carta en la que insistían en que el niño había proferido «amenazas terroristas», un hecho que decidió a los padres a difundir este caso.