La fotógrafa madrileña Eva Casado descubrió en 2010 un hecho curioso, tal vez incluso inquietante. Su primo, en vuelo México-Madrid, se percató que en un reportaje sobre la Tomatina publicado en la revista del avión, aparecía lo que a priori era una foto de Eva empapada de tomate junto a una amiga en la emblemática fiesta. Cuando este se puso en contacto con ella para pedirle explicaciones sobre la foto, Eva se lo tomó a broma, pues nunca había acudido al festejo. Sin embargo, cuando le pusieron la foto delante, no podía creérselo. La desconocida y ella eran prácticamente idénticas.
«Cuando me lo contó pensé que estaba loco, que yo nunca había ido allí y que el parecido no sería tal… hasta que vi la fotografía que se parecía más a los juegos nivel experto de encuentra las siete diferencias», cuenta la joven en Facebook, en una carta dirigida a su doble con la que trata de encontrarla. El escrito ya ha sido compartido por más de 70.000 personas.
Ahora su obsesión es descubrir si simplemente su parecido es producto del azar genético o si realmente guardan una relación familiar son hermanas gemelas: “Descubrí que en el hospital en el que nací había habido robos de bebés. (...) Mi madre es gemela, lo cual también me descoloca, pero al preguntarle a ella me dijo que no estaba dormida en el parto y que le parecía muy raro, eso sí, al contarle lo de los robos en el propio hospital vi asomar un brillo en sus ojos que me quedó clavada en el corazón”.