Cinco y cinco de la madrugada de este domingo. Muchísimos sanjoaners llenaban los alrededores de la parroquia de San Francisco de la plaza del Borne con las ganas de exprimir la fiesta de este año hasta el último momento. La cabalgata desfilaba hasta la parroquia y despedía al caixer capellà, Joan Camps, mientras el fabioler, Sebastián Salort, tocaba las notas de tambor y fabiol por última vez. Poco a poco, lentamente, hasta enmudecer ...
A continuación, un fuerte aplauso. Un fuerte aplauso para este San Juan que ha sido grande en todos los sentidos. Sobre todo, por la fiesta bien llevada que, a pesar de la masificación, se ha celebrado sin grandes incidencias. Y gran también por la agilidad en el ritmo de la fiesta, como se ha demostrado en los Jocs des Pla, que se completó en sólo dos horas, un horario adelantado respecto a años anteriores.
Atrás quedaron horas de emociones intensas. Los ciutadellencs reseteen los relojes e inicien una nueva cuenta atrás, lo que falta para el San Juan de 2018, que estrenará nueva Junta de Caixers.