Once mujeres aspiran a ser Miss Curvys de Balears, certamen de belleza que se celebra por primera en Palma y por segundo año en España. Son mujeres de tallas grandes, tanto como de la 42 en adelante y hasta 42 años de edad. Este domingo a mediodía se reunieron en el hotel Horizonte, de Palma, donde los organizadores del certamen, Joana Fuster y Juan Antonio del Río, les marcaron las pautas a seguir hasta el día de la celebración del certamen.
El concurso de belleza será el próximo día 23 de septiembre en un lugar de Mallorca todavía no decidido; o, si lo está, no lo dicen. Para el desfile, tendrán que ensayar, elegir la ropa –se probaron prendas estilo Eivissa, de Vestit be–; harán talleres de expresión corporal y maquillaje, etc.
Ya que estábamos allí, este domingo les propusimos que se pusieran el bañador. En realidad, la víspera les habíamos hecho llegar a través de los organizadores que ¿qué mejor forma de presentarse en sociedad que con una un foto de todas en bañador? Así que aprovecharon para darse un baño en la piscina, cosa que hicieron con gusto. Y... ¡Pues helas ahí! Espectaculares, ¿no? Mujeres sin complejos, mujeres divinas, mujeres que miran la vida con una sonrisa, mujeres felices. Mujeres a las que Botero hubiera querido para sí, para inmortalizarlas en cuadros o esculturas.
Filtro de idiotas
Ellas son, si las miran en la foto superior de esta página, de primera a última: Sofía, Cata, Maria Angeles, Paqui, Maribel, Cati, Cristina, Azucena, Cati, Verónica y Kenza. La que menos pesa 70 kilos y la que más, 137. Por supuesto que algunas no lo han pasado bien hasta no hace mucho, pero quienes tuvieron traumas los han superado y ahora miran a la vida de la forma más natural.
¿Que pesan algo más que el prototipo de mujer? Bueno, ¿y qué? Lo importante es ser feliz por lo que se es y pensando en quién es y no por lo que digan o piensen los demás.
Hablando con ellas pasamos un rato la mar de divertido. Incluso no solo desnudamos a una de las 11, sino que la fotografiamos, con la bahía de Palma como fondo. Y es que, como nos dijo que en la playa se bañaba desnuda «pues... ¿por qué no te desnudas en la terraza, guapa?», le propusimos. Y lo hizo. Sin cortarse ni un pelo. Por cierto, respecto a su talla soltó una frase que le salió del alma, por lo que nos pareció genial: «Mis kilos –dijo– han sido filtro de idiotas. Porque si mi culo –añadió– no entra en tu standard, tú no entras en mis planes». Lo dicho: genial.