Una soldado y fotógrafa de combate del Ejército de EEUU, logró pulsar el obturador de su cámara segundos antes de morir.
Accidentalmente explotó un tubo de mortero durante unas maniobras de entrenamiento en Afganistán, que hizo que le costará la vida a ella y a otros cuatro militares.
Hilda Clayton, que era como se llamaba, era la encargada de documentar el entrenamiento, así como de formar a un reportero gráfico del Ejército afgano.
Cuatro años después de la muerte de Clayton y otros cuatro compañeros de combate, la familia de la fallecida ha permitido que la fotografía salga a la luz. En la fotografía, se ve el momento de la explosión en el que dos de los soldados fallecidos se tapan la cara. También se puede ver, en la esquina inferior izquierda, parte de la cámara de la soldado estadounidense.
La soldado ha sido incluida en el pasillo de los héroes en el Fuerte Meade y ha recibido el premio a la mejor fotógrafa de la unidad de la que formaba parte.