Si eres de los que piensa que la vida son cuatro días, como dice el refrán, ya estarás planeando tu escapada de Semana Santa. Pero puede que tu economía flojee, que te haya dado varios sustos este invierno la factura de la luz o que tus ahorros, tu paga extra o tus incentivos sean, ya a estas alturas, una simple anécdota en tu cuenta corriente. Lo que tienes claro es que con tus vacaciones no se negocia y que en tus días libres, reunidos en el calendario haciendo piña, tentando al disfrute, no te vas a quedar en casa.
Pero claro, hay que ser realista y pensar en algún plan o destino low cost. No vaya a ser que nos vengamos demasiado arriba con el subidón y el ansia de la desconexión.
Puede parecer, en un principio, que no salir del territorio nacional es la opción más económica. Las elecciones del turismo religioso o de sol y playa son las más habituales en estas fechas, pero nuestros bolsillos agradecerán pasearse por Asturias, Galicia, La Rioja, Cáceres o Ávila, tan interesantes como asequibles en este 2017.
Sin embargo, nos sorprenderá saber la gran cantidad de viajes que podemos realizar fuera de nuestras fronteras, por mucho menos de lo que pensamos.
Los destinos más económicos en Europa pasarían por visitar países como Grecia, Ucrania, Rumanía o Irlanda.
Pero si nos aventuramos un poco más y ampliamos nuestros horizontes, nos pueden encajar mucho las ofertas de Tailandia, Filipinas, Indonesia, Camboya, Nepal, Nicaragua, India, Bolivia, Birmania, Perú, Marruecos…
El plan perfecto, en cualquier caso, es la planificación del viaje con la mayor antelación posible, aunque tirarse al ruedo a por las ofertas de última hora también puede ser una arriesgada pero acertada elección. Tan solo hay que tener una maleta preparada, cuanto más básica mejor, para no tener problemas con las variables políticas de equipaje de las compañías aéreas. Por si acaso, no lleves comida, por muy ibérico que te sientas, deja en casa la pata de jamón. Hay gente que lo ha intentado y ha hecho muy feliz al personal del aeropuerto.
Debemos estudiar los precios de los vuelos y una vez escogido el destino, la oferta hotelera. Es igualmente importante conocer los precios medios de restaurantes, bares y lugares de ocio del lugar que visitamos, al igual que los de transporte, entradas a espectáculos, museos o sitios emblemáticos que deseemos conocer. En muchas ocasiones nos va a impresionar lo barato que es comer, salir de fiesta o recorrer un país de punta a punta. Y hacienda números, un viaje exótico puede cuadrarnos más que uno nacional. Todo es cuestión de apetencias y preferencias.
En cualquier caso, la información es poder e internet y sus portales de búsqueda nos ayudarán a comparar y seleccionar ofertas de viajes. Y por supuesto, a conocer opiniones de usuarios, meteorología, curiosidades e informaciones de toda índole, necesarias para tomar la decisión más adecuada en nuestras anheladas vacaciones.
Si aún andas dubitativo, recuerda esta célebre frase: «Viajar es la única cosa que pagas y te hace más rico». Tal vez te animes.