Aunque la mayoría de fans de Star Wars se conformarían con pilotar el Halcón Milenario, seguro que más de uno habrá pensado en lo que sería tener una Estrella de la Muerte. Cerca del estreno del spin-off de la saga, Rogue One, que transporta a los espectadores poco antes de la trilogía original, la compañía eléctrica británica Ovo Energy ha revelado el auténtico coste de dar energía a la estación espacial más conocida de la gran pantalla.
«Estimado Sr. Vader, su factura energética ha llegado, puede que quiera respirar hondo (y ronco)». Con esta simpática introducción arranca la noticia que desgrana, más allá de lo que supondría alimentar un láser destructor de planetas, asuntos más triviales que considerar, pero importantes para vivir en la Estrella de la Muerte: Alimentar a la tripulación, lavar la ropa, deshacerse de la basura... «¿Ve [Sr. Vader]?, incluso los villanos necesitan hacer tareas».
Con una tripulación estimada en más de dos millones de seres de todo el universo, un diámetro de 120 kilómetros y un peso de más de 900.000.000.000.000 toneladas, los datos de Ovo Energy destacan que «uno de los aspectos más terroríficos del superarma del Imperio es la posibilidad de viajar a través del hiperespacio». El coste de estos viajes hiperespaciales, sumados al disparo del láser, la recarga del mismo, mantener más de 191.000 millones de bombillas, alimentar a la tripulación, lavar ropa y uniformes y reciclar los residuos dan la escalofriante suma de más de 7.000.000.000.000.000.000.000.000.000 euros. Estos astronómicos más de 7.000 cuatrillones de euros suponen 30 billones de veces todo el dinero del mundo.
Este cálculo deja claro que cuando se es Emperador de la galaxia uno no tiene por qué escatimar en gastos, pero seguro que en la segunda Estrella de la Muerte la partida destinada al diseño de los conductos de ventilación se vio incrementada, aunque no sirvió de mucho...