Mónica Riley tiene 32 años, vive en Texas y es modelo de tallas grandes. Actualmente pesa 317 kilos y aspira a convertirse en la mujer más obesa del mundo. Su novio, Sid, la apoya y le ayuda para conseguir este objetivo.
Para ello ingiere alrededor de 8.000 calorías al día. Sid le prepara un batido especial que ella bebe con un embudo. Este batido, de unas 3.500 calorías, contiene crema, helado, leche y mucho azúcar para ganar peso.
Además de este batido, su dieta diaria consiste en seis salchichas, una taza de cereales con azúcar, cinco sándwiches de pollo, cuatro hamburguesas con queso dobles, patatas a la francesa, macarrones con queso, 30 nuggets, tacos, seis bollos, leche malteada para ganar peso y una tarrina de helado.
Fantasía
La pareja considera el sobrepeso de ella como una fantasía sexual. Ella dice que cuanto más crece su cuerpo más sexy se siente. Incluso se plantean tener un hijo. «No hay nada que me impida criar un hijo en mi dormitorio. Tendremos una nana que nos ayudará con la casa y llevará al bebé a pasear. No hay nada que nos detenga a tener un bebé, algunas personas creen que soy egoísta pero tengo confianza en que seremos unos buenos padres».
Sobre el posible deterioro de salud que puede originarle esta extrema obesidad, Mónica señala que «podría ser atropellada por un coche mañana y mi vida terminaría. Al menos si muero de esta forma he vivido la vida que he querido y alcanzado todos mis sueños».