Los toros de la ganadería de Miura han cerrado este jueves los encierros de San Fermín de 2016 con una carrera rápida y muy limpia hasta llegar a la plaza, a cuya entrada la caída de dos astados ha ocasionado peligro al provocar un montón que ha puesto en apuros a más de un mozo.
El encierro se ha saldado, según un primer balance de los servicios sanitarios, con al menos diez corredores atendidos por los equipos médicos, ninguno de ellos herido por asta de toro.
Los Miura, con larga tradición en los Sanfermines, en los que cumplen 50 años ininterrumpidos, han hecho honor a su fama y han protagonizado un encierro muy rápido y hermanado, de dos minutos y dieciocho segundos, lo que ha permitido a los mozos lucirse en la carrera, especialmente en la calle Estafeta.
Puntual, al igual que en los siete encierros precedentes, la manada ha salido de Santo Domingo encabezada por los cabestros y cerrada por cuatro de los bravos, con las primeras carreras de mozos limpias y por el centro de la cuesta.
En este primer tramo el grupo ha cogido la velocidad que ya no ha dejado en los 850 metros del recorrido y hermanado ha cruzado la plaza Consistorial.
Muy compacta, la manada ha atravesado veloz la calle Mercaderes con los cabestros todavía en cabeza, si bien un toro colorado ha tomado la cabeza al llegar a la curva de Estafeta, que ha atravesado sin mayores incidencias, aunque un mozo ha caído y ha quedado pegado a la fachada.
Ya en la Estafeta, con varios miuras encabezando el grupo, la manada ha galopado por el centro de esta mítica calle en la que se han podido ver bonitas carreras, sin mayores problemas para los corredores debido al noble comportamiento de los astados.
La torada ha llegado compacta al tramo de Telefónica, con algunos tropezones de mozos y la caída de un cabestro poco antes del acceso al callejón, lo que ha ralentizado la carrera.
Nada más pisar la arena se ha producido el momento de mayor tensión de este último encierro cuando el toro colorado y uno de los cárdenos han caído sobre un grupo de mozos que comenzaban a formar un montón.
Astados y mozos han tardado varios segundos en poder incorporarse y la inercia de su movimiento ha pillado en medio a un corredor que ha resultado trompicado y con la camiseta rasgada por las astas.
Solventado este incidente la manada ha entrado en chiqueros, tras lo que ha sonado el último cohete de los encierros de los Sanfermines 2016.