El Born se convirtió el sábado por la noche en escenario de un desangelado y poco participativo baile de carnaval. Una apuesta del Consistorio por recuperar esta actividad que no tuvo éxito, ya que reuniendo al público y participantes no se llegaba a un tercio del paseo.
Un pasacalles, compuesto por tres zancudos y dos bailarinas que lucieron espectaculares máscaras venecianas, generosas pelucas y voluminosos vestidos cautivaron la atención de transeúntes y turistas.
Un taller de máscaras, inspirado en el dibujante Saul Steinberg y la fotógrafa Inge Morath, animaba a la gente a hacerse su máscara con una bolsa de papel. Acaparando la atención del poco público, la actuación de la Banda Municipal de Palma con los integrantes de la Escola de Música y Danses de Mallorca, que interpretaron unas contradanzas.