«Esther es una de las personas más bellas que conozco. Es viuda. Tiene cuatro hijas. No tiene trabajo. Sobrevive con la Renta Mínima de Inserción. Y, si no lo impedimos, va a entrar en la cárcel por robar ropa por valor de 428 euros para poder alimentar a sus pequeñas».
Con esta breve y dura descripción, Ignacio Fernández reclama el apoyo popular de «no sólo un barrio, sino todo un país» para hacer llegar al Consejo de Ministros la petición de que Esther no pise la cárcel a la que ha sido condenada por un tribunal por «intentar sobrevivir».
Pese a todos los problemas que la atenazan, incluyendo dos tentativas de desahucio por parte de la entidad pública competente, la mujer, que es muy conocida en el barrio madrileño de Hortaleza, no ha dejado de participar en la OFIAM, una red de apoyo vecinal para personas que optan por ocupar una vivienda como última alternativa a verse viviendo en la calle.
«La sentencia ha sido dura de asimilar. Pensar que nos van a robar a Esther. Pensar en sus hijas. Pensar en ella. Pensar en nosotros. Por cuatro trapos. Y es inevitable que te vengan a la cabeza los Bárcenas, las Infantas, los Gómez de la Serna, los Ratos, etc., tan impunes», lamenta el iniciador de la recogida, que ya ha sobrepasado las treinta mil firmas.