Muchos ciudadanos, de cierta edad, recordarán la juguetería Babelín, ubicada en la calle Olmos. En su escaparate daba vueltas sobre su trapecio, durante el día y la noche, un divertido mono, al que todos los niños (hoy ya mayores) le tenían cierto cariño.
Una vez que la juguetería cerró, el mono desapareció. Ahora, muchos años después el juguete ha aparecido con energías renovadas. Pere y Joana Maria, del Forn de sa Concepció, en la plaza Barcelona, lo recuperaron de un almacén y lo restauraron. Ahora, el peluche vuelve a girar.