Un par de medicamentos tópicos que alivian las afecciones de la piel pueden tener otra aplicación más importante: instruir a las células madre en el cerebro para revertir el daño causado por la esclerosis múltiple, según revela una investigación que se publica en la edición digital de la revista 'Nature'.
Dirigido por investigadores de la 'Case Western Reserve', en Cleveland, Ohio, Estados Unidos, un equipo multi-institucional utilizó un nuevo método de descubrimiento para identificar fármacos que podrían activar las células madre cerebrales de ratón y humanas en el laboratorio.
Los dos fármacos más potentes -uno que actualmente trata el pie de atleta y otro que se receta para el eczema- eran capaces de estimular la regeneración de las células cerebrales dañadas y revertir la parálisis cuando se administran sistémicamente a los modelos animales de esclerosis múltiple.
«Sabemos que existen células madre en todo el sistema nervioso adulto que son capaces de reparar los daños causados por la esclerosis múltiple, pero hasta ahora, no teníamos manera de dirigirno a ellas para actuar», explica Paul Tesar, profesor asociado en el Departamento de Genética y Ciencias del Genoma de la Escuela de Medicina de 'Case Western Reserve'.
«Nuestro enfoque fue encontrar medicamentos que podrían catalizar las células madre del propio cuerpo para reemplazar las células perdidas en la esclerosis múltiple», añade este investigador, también profesor de Innovative Therapeutics.
La esclerosis múltiple es el trastorno neurológico crónico más común entre los adultos jóvenes y el resultado de células inmunes anormales que destruyen la capa protectora, llamada mielina, alrededor de las células nerviosas en el cerebro y la médula espinal.
Sin la mielina, las señales neuronales no pueden transmitirse adecuadamente a lo largo de los nervios, y con el tiempo, la capacidad del paciente para caminar, sostener una taza o incluso ver resulta inexorablemente deteriorada. Múltiples terapias actuales para la esclerosis tienen como objetivo retrasar más la destrucción de la mielina por el sistema inmune, pero el equipo de 'Case Western Reserve' usó un nuevo enfoque para crear nueva mielina en el sistema nervioso.
Su trabajo ofrece una gran promesa para desarrollar terapias que revierten discapacidades causadas por la esclerosis múltiple o trastornos neurológicos similares. «Para reemplazar células dañadas, gran parte del campo de células madre se ha centrado en el trasplante directo de los tejidos derivados de células madre para la medicina regenerativa y este enfoque es probable que proporcione un beneficio enorme en el camino», dice Tesar, también investigador de la Fundación de Células Madre de Nueva York, en Estados Unidos.
«Pero aquí nos preguntamos si podíamos encontrar un enfoque más rápido y menos invasivo mediante el uso de fármacos para activar las células madre nativas que ya están en el sistema nervioso adulto y dirigirlas a formar nueva mielina. Nuestro objetivo final era mejorar la capacidad del cuerpo para repararse a sí mismo», añade el también miembro del Centro Nacional para la Medicina Regenerativa.
Tesar hizo hincapié en que aún queda mucho trabajo antes de que pacientes con esclerosis múltiple puedan beneficiarse de este enfoque. Los científicos todavía tienen que encontrar formas de transformar los medicamentos tópicos para su uso interno y determinar su eficacia a largo plazo y los potenciales efectos secundarios. Dicho esto, el uso de fármacos existentes aprobados por el gobierno federal aumenta la probabilidad de que los compuestos puedan ser seguros para el uso humano.
Tesar y sus colegas podrían centrarse en los dos medicamentos catalizadores sólo gracias a un avance que su laboratorio logró en 2011. En concreto, los investigadores desarrollaron un proceso único para crear grandes cantidades de un tipo especial de células madre llamadas células progenitoras de oligodendrocitos (OPC), que normalmente se encuentran en todo el cerebro adulto y la médula espinal y, por lo tanto, inaccesibles para estudiar.
Pero una vez Tesar y su equipo lograron producir miles de millones de OPC con relativa facilidad, podrían comenzar a probar diferentes formulaciones de fármacos existentes para determinar qué indujo a los OPC a formar nuevas células mielinizantes.
Utilizando un microscopio óptico, los investigadores cuantificaron los efectos de 727 medicamentos conocidos anteriormente, todos ellos con un historial de uso en pacientes, en los OPC en el laboratorio. Los medicamentos más prometedores se dividieron en dos clases químicas específicas. A partir de ahí, los científicos encontraron que miconazol y clobetasol funcionaban mejor dentro de las respectivas clases.
El miconazol se encuentra en una serie de lociones y polvos antimicóticos sin receta, incluyendo aquellos para tratar el pie de atleta, mientras el clobetasol suele estar disponible con receta médica para el tratamiento del cuero cabelludo y otras afecciones de la piel como la dermatitis.
No habían sido considerados previamente como un agente terapéutico para la esclerosis múltiple, pero las pruebas revelaron que cada uno tenía capacidad de estimular los OPC para formar nuevas células mielinizantes. Cuando se administran por vía sistémica a ratones de laboratorio que sufren de una enfermedad similar a la esclerosis múltiple, ambos fármacos impulsaron los OPC nativos para regenerar mielina nueva.
«Hubo una sorprendente inversión de la ravedad de la enfermedad en los ratones», resalta Robert Miller, miembro de la Facultad de Neurociencias en la 'Case Western Reserve', que con Tesar, es coautor del artículo de 'Nature'. «Los medicamentos que identificamos son capaces de mejorar la capacidad de regeneración de las células madre en el sistema nervioso adulto. Esto representa un verdadero cambio de paradigma en la forma en que pensamos acerca de restaurar la función de pacientes con esclerosis múltiple», añade.
Aunque los medicamentos han demostrado tener efectos extraordinarios en ratones, su impacto en los pacientes humanos no se conocerá por completo hasta que se realicen ensayos clínicos reales. Además de las pruebas con las células animales, estos expertos también probaron los fármacos sobre células madre humanas y vieron que la medicación provoca una respuesta similar a la de las células de ratón. Ambos medicamentos han funcionado bien, con miconazol demostrando los efectos más potentes.