'En viernes 13, ni te cases ni te embarques'. ¿O era martes? Sea cual fuere la forma más extendida de este dicho popular, lo cierto es que conjugar el quinto día de la semana con la decimotercera casilla del calendario es interpretado como un signo de mala suerte en la mayoría de las culturas occidentales desde la antigüedad.
Pero, ¿qué motivó esa asociación? Los expertos coinciden en asegurar que el cierto temor al viernes 13 se debe principalmente al recuerdo de un hecho histórico y envuelto en polémica.
Así, fue un viernes 13 de octubre de 1307 cuando la Santa Inquisición empezó a perseguir en Francia a la orden de los Caballeros Templarios, un poderoso estamento con dominios en gran parte de la cristiandad europea hasta entonces.
A Mallorca, por ejemplo, llegaron de la mano de las tropas de la Corona de Aragón. No en vano, el rey Jaume I había sido educado y protegido hasta su mayoría de edad por esta orden, y tras la conquista obtuvieron su pedazo del reparto. Aún hoy queda algún vestigio de esa presencia, como la capilla del Temple de Palma.
Quizás fue esa creciente influencia, o tal vez los rumores de su implicación en prácticas paganas y heréticas -o ambas-, lo que hizo decidirse a la jerarquía eclesiástica a exterminarlos.
Muchos de ellos fueron apresados y cayeron esa misma noche, principalmente en París y sus alrededores. Mandando a sus soldados a por ellos, el rey Felipe IV cumplía las órdenes del papa Clemente V. Precisamente de ellos se acordó el último Gran Maestre templario, Jacques de Molay, que pereció junto a unos pocos de los suyos en la hoguera.
Antes de morir, el templario los emplazó a presentarse en un breve período de tiempo ante “el tribunal de Dios”. Según recogen las crónicas, el pontífice murió al mes y el monarca antes de un año.
Además, cabe señalar que la historiografía de la Última Cena, la del Apocalipsis, las leyendas nórdicas del Valhalla, la cábala judía o el tarot, también otorgan al número 13 una destacada simbología.
Más en la actualidad, la unión del 13 y el viernes ha sido reconstruida y renovada a través de la gran pantalla. En concreto, la película de terror "Viernes 13", que a algunos lugares llegó traducida como "Martes 13", ha ayudado poderosamente a ello.