La Junta de Administraciones de la Asociación Nuclear de Ascó-Vandellós destituyó ayer al director de la central nuclear Ascó I de Tarragona, Rafael Gasca, así como al jefe de servicio de Protección Radiológica de la planta, F.G.T., tras conocerse durante el fin de semana que en noviembre se produjo una fuga radioactiva.
El haber tardado más de cinco meses en comunicar el escape que se produjo en noviembre ha provocado la expulsión de Gasca de su puesto, en el que será sustituido por el actual director de la central de Valdellós, también en Tarragona, César Candás. Esta decisión de la Junta se tomó al considerar que el ya ex director de Ascó I había ocultado información, no sólo por el retraso en comunicar el suceso, sino también en el informe sobre el mismo.
Así se cumple la amenaza que realizó el CSN que, tras comprobar, después de una denuncia de Greenpeace, lo ocurrido en la central informó de que se estudiaría la imposición de sanciones contra los operadores de la central por no facilitar la información sobre la fuga, que se produjo durante el llenado del tanque de 1.000 megawatios de la planta propiedad de Endesa, y que finalmente era más grave de lo que se dijo.
'Cabeza de turco'
Tras la decisión de la Junta, la asociación ecologista Greenpeace consideró que la destitución de Gasca es sólo una «cabeza de turco» para «salvar la cara» tras el suceso. En una rueda de prensa, el responsable de la Campaña Nuclear de la organización, Carlos Bravo, explicó que ambos son «culpables» del escape, pero apuntó que donde se deberían depurar responsabilidades es dentro de Endesa e Ibredrola. Por su parte, el PSOE se sumaron ayer a las peticiones de PP e ICV que pidieron la comparecencia del la presidenta del CSN, Carmen Martínez Ten en el Congreso para que explique las conclusiones de la investigación puesta en marcha con el fin de «garantizar la transparencia» de información y «tranquilizar a la población».