OTR/PRESS-BRUSELAS
Bruselas se fía de Italia, después de que el Gobierno transalpino haya trasladado a la Comisión Europea la información sobre el caso de la mozzarella contaminada.
Así, y aunque el Ejecutivo comunitario llegó a amenazar con el embargo del queso si no recibía los datos necesarios antes de las 18.00 horas de ayer, finalmente la portavoz de Sanidad y Seguridad Alimentaria aclaró al menos provisionalmente que el problema sólo afecta al «mercado local» y que la dioxina no se presentaba en cantidades excesivas. En este sentido, el director del Instituto de Ciencia Alimentaria italiano, recordó que este tipo de sustancias consideradas cancerígenas «siempre han estado presentes en la cadena alimenticia en bajos niveles».
La portavoz de la Comisión, Nina Papadoulaki, dijo haber recibido nueva información de Roma tras establecer un ultimátum para conocer más en profundidad la alerta sanitaria por el popular queso de búfala y que ya le ha costado a este emblema italiano su entrada en Japón y Corea del Sur. «Aparentemente, están sólo en el mercado local», señaló la portavoz de Sanidad y Seguridad Alimentaria, y «no fue enviada a terceros países ni a la UE».
Así, Papadoulaki se refirió a cuatro granjas que dieron positivo y 23 de establecimientos lácteos, aunque si bien «las cantidades de dioxinas eran más altas de lo requerido por la legislación de la UE», éstas no eran «excesivas». De hecho, Papadoulaki aclaró que tampoco se ha recibido notificación «oficial» en Bruselas ni de Japón ni de Corea del Sur sobre la presencia en grandes cantidades de dioxinas en la mozzarella de leche de búfala al parecer afectada por la eliminación de residuos tóxicos en los campos donde pastan y respiran estos animales. El ministro de Agricultura en funciones de Italia volvió a quitarle hierro a la crisis alimentaria, que ha reducido en un 60% las ventas de mozzarella en un sector que produce 33.000 toneladas de producto al año y emplea a 20.000 personas. Paolo de Castro subrayó que «no existe ni un caso de dioxina en Campania», según informaciones del diario 'La Repubblica'.
Por su parte, el director del Instituto de Ciencia Alimentaria, Antonio Malorni, explicó que «las dioxinas han estado siempre presentes en la cadena alimentaria en niveles bajos», y sólo son «tóxicas en dosis masivas».
Entre las aclaraciones que la Comisión Europea esperaba recibir de Roma de tarde figuraba el conocimiento de los nombres de las explotaciones de leche implicadas ya que tan sólo conocía cifras y porcentajes de los análisis, así como datos sobre los sistemas del control de los alimentos y garantías.
Asociaciones de consumidores pidieron ayer «celeridad» a las autoridades italianas para ofrecer los resultados de los análisis que están llevando a cabo en la mozzarella procedente de algunas zonas de Italia, por contaminación con dioxinas. El portavoz de la asociación Facua Consumidores, Rubén Sánchez, aseguró que los consumidores españoles «deben dejar de adquirir mozzarella hasta que se conozca hasta qué punto ha llegado la contaminación».