EUROPA PRESS-BRUSELAS
España deberá aumentar en 2020 hasta el 20% la cuota de energía que consume de fuentes renovables, lo que significa duplicar la producción actual (8,7% en 2005), para contribuir a la lucha contra el cambio climático. Además, tendrá que recortar de aquí a 2020 un 10% las emisiones de sectores como el transporte, la vivienda, la agricultura y la ganadería o los residuos respecto a los niveles de 2005, año que se toma como referencia.
Estos objetivos obligatorios están recogidos en el polémico paquete de medidas sobre energía y cambio climático que presentó ayer la Comisión Europea. Su propósito es poner en práctica los acuerdos alcanzados en marzo de 2007 por los líderes europeos: una reducción de un 20% de los gases de efecto invernadero respecto a los niveles de 1990, un 20% de renovables y un 10% de biocarburantes para el transporte. Todos estos objetivos deben lograrse en 2020.
Lo que el Ejecutivo comunitario ha hecho con sus propuestas de este miércoles es repartir la carga de estos compromisos entre los Estados miembros utilizando como criterio principal el PIB per cápita y, en el caso de las renovables, también el potencial. Las propuestas todavía tienen que ser aprobadas por los Veintisiete y por la Eurocámara. El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, dijo que espera llegar a un acuerdo final a finales de año o durante el primer semestre de 2009.
En materia de renovables, los países a los que se les exige un mayor esfuerzo son Suecia (49%), Letonia (42%), Finlandia (38%), Austria (34%), Portugal (31%) y Dinamarca (30%). Para Alemania, la cuota obligatoria es del 18%, mientras que a Francia la Comisión le ha asignado el 23%, al Reino Unido el 15% y a Italia el 17%. El comisario de Energía, Andris Piebalgs, se mostró convencido de que, pese a todas las polémicas previas, «al menos 20 de los 27 objetivos nacionales serán aceptados» por los países sin más negociación y de que en el resto se logrará un acuerdo.