España, pese a los progresos, está entre los últimos países de cola de la OCDE por el porcentaje de población juvenil que no ha finalizado los estudios secundarios superiores (bachiller y formación profesional de grado medio), según un estudio divulgado ayer.
Con un 64% de la población española de entre 25 y 34 años que ha finalizado los estudios secundarios superiores, España ocupa el puesto vigesimoquinto entre los 29 miembros estudiados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), cuya media es del 77%.
Entre los de 25 a 64 años, sólo un 49% ha llegado a ese nivel de formación en España, que se sitúa en la vigesimosexta posición y lejos del 68% de media. «Hace falta una reflexión sobre los métodos pedagógicos en secundaria», explicó Eric Charbonier, uno de los responsables del informe, que argumentó que los métodos actuales con programas cargados son eficaces para una elite pero dejan por el camino a muchos alumnos que no pueden adaptarse.
Charbonier, que comentó que el esfuerzo inversor de los gobiernos españoles en secundaria no ha sido tan intenso como en la universidad, puso como ejemplo el modelo de los países nórdicos, donde el sistema escolar se adapta a las necesidades de cada alumno, y eso contribuye a reducir el fracaso.
Las personas que carecen de estudios secundarios superiores completos reciben remuneraciones inferiores a los universitarios y sufren niveles de paro superiores, unas desventajas que son particularmente acusadas en el caso de las mujeres, destaca el estudio. Esas expectativas pueden explicar por qué un 56 por ciento de las adolescentes de 15 años en España tienen intención de ir a la universidad, frente a un 41 por ciento los chicos de la misma edad.
La OCDE destaca que en España el porcentaje de la población con estudios superiores entre los de 25 y 34 años es del 40 por ciento, mientras que el de los de 55 a 64 años se limita al 14 por ciento, lo que ilustra que ha crecido «sustancialmente» el número de titulados universitarios. En las generaciones de entre 25 y 44 años en España hay un nivel de universitarios superior al de la media de la OCDE, donde es del 32 por ciento.