El Museo de la Historia del Holocausto de Jerusalén (Yad Vashem) fue galardonado ayer en Oviedo con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2007 por su «tenaz labor para promover, entre las actuales y futuras generaciones, la superación del odio, del racismo y de la intolerancia».
El jurado que concedió el Premio, que estaba presidido por el jefe del Ejecutivo asturiano, Vicente Alvarez Areces, también destaca en su acta que el Museo de la Historia del Holocausto de Jerusalén es el «recuerdo vivo de una gran tragedia histórica».
Yad Vashem, que se impuso a las otras 46 candidaturas presentadas al Premio, fue inaugurado el 15 de marzo de 2005 coincidiendo con el 60 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y alberga objetos auténticos del conflicto bélico y de la vida judía antes y después del Holocausto. La Autoridad Nacional para el Recuerdo de los Mártires y Héroes del Holocausto o Yad Vashem, embrión del actual museo, fue creada en 1953 por una ley del Parlamento israelí o Kneset.
Yad Vashem incluye varios monumentos conmemorativos, un museo histórico, un archivo central, un centro de investigación y documentación del Holocausto y una página web llamada «Base de datos central de nombres de víctimas de la Shoá», a la que se puede acceder por medio del sitio www.yadvashem.org, y que fue inaugurada en 2004.
El monumento más importante es la Cripta del Recuerdo (Ohel Yizkor), que está vacía. Sólo arde en su interior la llama eterna; en el suelo están grabados los nombres de 21 campos de exterminio, concentración y lugares de matanza nazis en Europa Central y del Este, y frente a la llama una bóveda con cenizas de las víctimas.
Tras conocer el fallo del jurado, el director del Museo del Holocausto, Avner Shalev, expresó su «emoción y orgullo» por la concesión del Premio.
«Estoy profundamente emocionado y muy orgulloso de que Yad Vashem tenga el honor de recibir el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia», precisó.
Shalev destaca que «este prestigioso premio internacional reconoce que la memoria del Holocausto tiene un profundo significado para la coexistencia de la familia de naciones».