AGENCIAS-APARECIDA
La celebración del Día de la Madre, el temor a tumultos y el alto coste del desplazamiento hasta Aparecida, un santuario a 170 kilómetros de Sao Paulo, impidieron ayer una mayor concentración de feligreses para despedir de Brasil al papa Benedicto XVI, según un organismo oficial de seguridad.
A pocas horas del comienzo de la esperada misa dominical celebrada por el Pontífice en el mayor santuario de los brasileños, el Centro de Operaciones de Seguridad Integrada (COSI) redujo ayer domingo en un 50 por ciento la previsión inicial de asistentes, que era de medio millón de personas para el momento de la homilía.
El Santuario Nacional y Basílica de Nuestra Señora de Aparecida fue el escenario en el que el Papa celebró su habitual misa dominical y en el que más tarde inauguraró la V Conferencia del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (Celam).
Al lado del imponente Santuario Nacional, el Ejército montó un escuadrón móvil para coordinar el trabajo de los 3.500 efectivos de la institución y de los otros organismos policiales y de socorro responsables por la seguridad.
El gigantesco estacionamiento del Santuario Nacional comenzó desde tempranas horas del sábado a sentir el movimiento de personas, automóviles y autobuses llegados de diferentes partes.
El sermón que el Papa Benedicto XVI hizo contra los narcotraficantes y su preocupación por el aumento del consumo de drogas en Latinoamérica fueron los asuntos más destacados por los diarios de Brasil, cuando concluye la visita de cinco días del pontífice al país.El Vaticano quiere que la Iglesia se destaque más en Latinoamérica por su ayuda en la recuperación de drogodependientes, según los diferentes medios de prensa.
«El narcotraficante le debe explicaciones a Dios», afirma el Papa. El Papa a los traficantes: «Dios va exigirles cuentas» y «El Papa quiere la iglesia dedicada a la lucha contra las drogas» fueron algunos de los titulares de los diarios brasileños.