Más de 20.000 parejas son diagnosticadas de infertilidad cada año. Las listas de espera y la limitación de edad en los tratamientos dificultan su prestación en la Sanidad pública y empujan a estos ciudadanos a los centros privados, según una investigación del Defensor del Pueblo.
El insuficiente número de centros del sistema público sanitario que aplica tratamientos de fecundación asistida -en algunas provincias no hay ninguno- y el tiempo de espera -una media de dos años o incluso tres en algunas comunidades, según las asociaciones de pacientes- centran las quejas de este colectivo, por lo que el Defensor, Enrique Múgica, solicitó información a las comunidades autónomas.
La investigación concluye que el acceso de los ciudadanos a los centros de reproducción asistida se ve dificultado o impedido por la falta de recursos.
Añade que es excesivo el tiempo de espera hasta que reciben tratamiento y esto, junto al límite de edad para la inclusión en determinados programas, conduce a la no prestación del servicio.
Tras la decepción que conlleva el diagnóstico de infertilidad, la angustia por el paso del tiempo suele acompañar a las parejas que buscan tener un hijo.
Las españolas deciden ser madres en torno a los 30 años, una edad ya tardía. Pasados dos años sin lograr un embarazo, acuden al ginecólogo e inician el largo proceso de diagnóstico antes de someterse a técnicas de reproducción para alcanzar el embarazo, que a veces precisa de varios intentos.La media de las mujeres que se someten a estas técnicas está entre los 35 y 37 años, y aumenta el número de las que están por encima de los 40, razones por las que se han elevado los tratamientos con óvulos donados.