Las máquinas expendedoras de tabaco deberán contar en 2007 con un mecanismo que permita al responsable del establecimiento encenderlas y apagarlas a distancia para controlar así el acceso a menores, según una resolución del Comisionado para el Mercado de Tabacos publicada ayer en el Boletín Oficial del Estado y que entra hoy en vigor.
No obstante, fuentes del Ministerio de Economía explicaron ayer que las máquinas fabricadas desde el pasado 1 de enero ya incoporan la posibilidad de utilizar este dispositivo, mientras que las que aún no lo tienen disponen de unos tres meses para adaptarse a la normativa.
En virtud de esta disposición, las máquinas permanecerán en reposo indicando en un mensaje que están bloqueadas, de forma que todo aquel que quiera hacer uso de las mismas deba solicitar su activación al responsable del establecimiento, quien «sólo habilitará la máquina una vez comprobada la mayoría de edad del cliente».
Por su parte, el responsable del local controlará la venta a distancia a través de un cable con interruptor/selector conectado a la máquina y situado al alcance del responsable, o bien mediante un emisor y receptor de radiofrecuencia cuya personalización se haga internamente en la máquina para evitar así la manipulación externa.Dichos mecanismos deben estar instalados en todas aquellas máquinas fabricadas desde el 1 de enero de 2006, mientras que las expendedoras anteriores deberán adaptarse paulatina -pero obligatoriamente- a los requisitos establecidos en la resolución.
Asimismo, los fabricantes, importadores e instaladores de dichas máquinas deberán proveer de un certificado que especifique que el sistema de control se encuentra de acuerdo a la especificación descrita, remitiendo una copia de dicha certificación al Comisionado para el Mercado de Tabacos para «identificar correctamente la máquina».
Por otra parte, el presidente del Comité Nacional para la Prevención y Tratamiento del Tabaquismo (CNPT), Rodrigo Córdoba, mostró ayer sus «dudas» sobre el cumplimiento de la Ley antitabaco, y apostó por eliminar todas las máquinas expendedoras.
Rodrigo Córdoba cree que esto supondría otorgar a los estancos «la venta exclusiva del tabaco», algo que les parece «suficiente si se tiene en cuenta el número actual de esos establecimientos».
Asimismo, Córdova recordó que aunque el control se está llevando a cabo con más efectividad que antes de ponerse en marcha la nueva normativa, los servicios de inspección de las autonomías deben actuar «con más eficacia» para que se cumplan las normas.
También ayer se supo que la Federación Catalana de Asociaciones de Actividades Recreativas Musicales (Fecasarm) ha recogido en las tres últimas semanas 50.000 firmas de usuarios del sector para reclamar una modificación de la Ley antitabaco que permita fumar en bares musicales, discotecas y actividades recreativas musicales menores de 100 metros cuadrados, tal y como ocurre con bares y restaurantes.
Ferscam denuncia que la ley prohíba la entrada a los menores de edad en los locales que quieren una zona de fumadores, mientras que en los bares y restaurantes sí se les permite el acceso, «y además la concentración de jóvenes entre 16 y 18 años que toman bebidas alcohólicas en la vía pública ocasionan notables molestias a los vecinos de las zonas afectadas».