El alzhéimer, cuyo Día Internacional se celebró ayer, es la principal causa de demencia en el mundo y afecta en España a 400.000 personas, aunque fuentes de la Confederación Española de Familiares y Enfermos de Alzheimer (CEAFA) cifran el número de afectados entre 600.000 y 800.000 personas, muchos de ellos todavía sin diagnosticar.
El desarrollo dentro de cinco o diez años de nuevos fármacos para el alzhéimer y de una vacuna, aún en fase de experimentación sólo en animales, son las principales expectativas científicas para el control de un mal, degenerativo y sin cura, que afecta en todo el mundo a más de 25 millones de personas.
Cien años después de su descubrimiento, Jesús Avila, presidente del III Simposio sobre avances en la enfermedad, inaugurado ayer por la Reina Sofía y la ministra de Sanidad, se mostró convencido de que no habrá que esperar otros cien para que sea «una enfermedad crónica».Por ahora y si no hay resultados en los próximos años, el Alzheimer puede convertirse en una de las enfermedades más devastadoras del siglo, y algunos especialistas creen que su impacto social y sanitario será superior al de otras enfermedades como el sida, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
El mal se manifiesta sobre todo a partir de los 60 años y su prevalencia crece a medida que se envejece con una enorme progresión en el número de afectados, sin que se sepan aún las causas que lo provocan.