La ola de calor que afecta a diversos países europeos sigue implacable y ya ha dejado víctimas. Decenas de personas han muerto en julio en Europa y América del norte debido a las altas temperaturas, que amenazan con continuar en los próximos días.
En Europa, el país más afectado parece ser de momento Holanda, donde las autoridades calculan que en la primera semana de julio, cuando se registraron temperaturas de 35 grados centígrados, puede haber fallecido un número indeterminado de personas, puesto que la mortalidad en ese lapso se elevó en 200 personas sobre la media, lo que atribuyen a la inusual ola de calor.
En Estados Unidos, el calor azota sobre todo al estado occidental de California, y las autoridades temen que hayan muerto a consecuencia de ello más de 50 personas.
En Francia, la canícula se ha cobrado ya la vida de unas 40 personas en las últimas dos semanas y las autoridades han puesto en alerta a más de la mitad del territorio.
En el departamento de Lot-et-Garonne, al suroeste de Francia, donde las temperaturas han rondado los 37-38 grados centígrados, unos 8.000 pollos murieron por el calor el pasado fin de semana.
En España, una anciana de 83 años ha sido la última víctima de la canícula tras morir el martes en Barcelona, elevando a nueve el número de muertos en los últimos once días.