Las mujeres que sufren un infarto de miocardio llegan entre dos y cinco horas más tarde al hospital que los hombres, se les aplican menos tratamientos con trombolíticos y no reciben las mismas terapias médicas y quirúrgicas que los varones, «lo que evidencia que existe un gran sesgo en patología coronaria en función del género», según la directora del Centro de Análisis y Programas Sanitarios (CAPS), Carmen Valls.
Según Valls, el 68% de las mujeres que han sufrido un infarto de miocardio fallecen entre el mes y los seis meses después de haber padecido el accidente, frente al 33% de los varones; además, se rehabilitan menos (el 30% frente al 80% de los hombres), y se cree que están «falsamente» protegidas del infarto de miocardio «por sus hormonas», un mito que no se sostiene científicamente.
Valls criticó también la exclusión de las mujeres en los trabajos de investigación, ya que la mayoría de estudios sobre enfermedades coronarias realizados en los ochenta se hicieron en poblaciones masculinas.