La Conferencia Episcopal Española (CEE) piensa que las soluciones para los desacuerdos entre la Iglesia y el Estado sobre la Ley Orgánica de Educación (LOE) «no son fáciles, pero son posibles», y cree que la asignatura de Religión y el profesorado que la imparte son cuestiones indefectiblemente unidas.
El Ministerio de Educación y Ciencia (MEC) y los obispos reanudaron ayer las conversaciones en una reunión de seguimiento de la Comisión Mixta Iglesia-Estado de Enseñanza entre la ministra Mercedes Cabrera y una delegación que encabezaba el vicepresidente de la CEE, el cardenal Antonio Cañizares.
Según el subsecretario del MEC, Fernando Gurrea, la conversación transcurrió con voluntad de «conciliación, trabajo y acuerdo» sobre el desarrollo normativo de las disposiciones adicionales segunda y tercera de la ley, referidas a la enseñanza confesional y a sus docentes.
Gurrea explicó en conferencia de prensa en el ministerio que las partes, que no se reunían desde hacía once meses, llegaron a «un principio de acuerdo» para «seguir trabajando» y analizar dentro de diez días con «más profundidad» las «discrepancias» de los obispos y para «perfilar» los aspectos que suscitan «dudas».
En la sede de la CEE, su portavoz, Juan Antonio Martínez Camino, insistió en que las soluciones que puedan hallarse acerca de la asignatura de Religión deben afectar también al encuentro de soluciones en la cuestión del profesorado.«Si una falla, la otra también falla; si una cae, la otra también cae», recalcó.
Argumentó que no puede darse una buena enseñanza de religión si los profesores encargados de impartirla no son los adecuados o no tienen la preparación requerida para enseñar «religión católica», y, al revés, ocurre lo mismo: de nada valen unos buenos docentes si el tratamiento de la asignatura no es el correcto.
La LOE en el desarrollo normativo que, «aunque presentan problemas operativos difíciles», pueden llegar a mejorarla.
Martínez Camino precisó que los obispos no están pidiendo al ministerio que cambie la ley porque saben que no puede hacerlo.
«Pero sí vamos a pedir cosas posibles -agregó- que se pueden desarrollar y concordar en el desarrollo normativo de la LOE, momento en el que ahora nos encontramos».
Se trata, recalcó, de hacer posible «que los derechos de todas las partes, reconocidos en la legislación vigente, puedan ser armonizados de forma efectiva».
Los obispos reconocen que la reunión sienta las «bases» para seguir trabajando y añaden en un comunicado que sirvió para dialogar «sincera y constructivamente» sobre las «dificultades objetivas que se plantean en el desarrollo de la LOE».
Hoy «se nos ha escuchado con atención», dijo Martínez Camino al ser interrogado por si hubo algún cambio en la forma del diálogo o en el desarrollo de la reunión tras el reciente cambio de ministra.
Por parte del MEC, Gurrea indicó que el ministerio tendrá en cuenta la opinión de la Conferencia Episcopal como la del resto de sectores implicados. Indicó, sin precisar más, que los obispos creen que algunos aspectos del profesorado previstos en la ley suponen «cierta confrontación» con los acuerdos entre el Estado y la Santa Sede y que se encuentran «expectantes» ante los desarrollos normativos.