La noticia de que los príncipes de Asturias han enviado a un centro estadounidense sangre del cordón umbilical de la Infanta Leonor para su conservación ha reavivado el debate en torno a esta posibilidad. La ministra de Sanidad, Elena Salgado, declinó ayer hacer ningún comentario sobre «la decisión de la familia» mientras desde Ministerio se remitieron a las últimas declaraciones que hizo el coordinador de la Organización General de Trasplantes, Rafael Matesanz, sobre el decreto que regulará estas donaciones, en las que dijo que deberán ser altruistas y no podrán ir dirigidas a una persona concreta.
La ministra de Sanidad no quiso comentar ayer el paso que han dado los Príncipes porque «es una decisión de familia y nosotros no comentamos decisiones de familia», pero Salgado aseguró que «no influirá en la futura ley biomédica».
En la actualidad los bancos privados de células están prohibidos en España, y las parejas que quieren acogerse a esa opción recurren a países como Alemania, Bélgica, Holanda, el Reino Unido o EEUU. El pasado 3 de febrero Rafael Matesanz anunció que el Ejecutivo prepara un Real Decreto para regular y potenciar esta opción, aunque no permitirá que las donaciones tengan carácter privado, sino altruista.Al hilo de la noticia de la conservación de células de la infanta Leonor, conocida el pasado domingo merced a un reportaje en las páginas del diario 'El País', el presidente del Comité Asesor de Etica para la Investigación Científica y Tecnológica, César Nombela, calificó de «comprensible» conservar células de cordón umbilical para uno mismo o para otros, y destacó la ausencia de problemas éticos frente a otras opciones también en estudio actualmente como la selección embrionaria.
«Científicamente, cada vez está más claro el potencial de las células madre de cordón umbilical porque son una reserva personalizada, específica de la persona y con características que podrían hacerlas además útiles para personas con las que podrían ser compatibles», dijo. En la misma línea, aseguró que estamos en un proceso que cada vez tiene más base y que se convertirá en una práctica habitual.
Bernard aseguró que en este momento en el Sistema Nacional de Salud sólo pueden conservarse del orden del 15% de los cordones que se generan, y el 85% restante podría conservarse por otros mecanismos -una porción para la investigación y otra para conservación dentro de la actividad dentro de una estructura privada-, detalló.