MONSERRAT VENDRELL-N.Y.
Al cumplirse un año del «tsunami», la ONU ha advertido en Nueva
York que el proceso de reconstrucción en los países del océano
Indico azotados por la ola gigante no ha hecho más que empezar y
podría durar una década.
Así lo dijo en rueda de prensa el enviado especial adjunto del organismo para esa catástrofe natural, Eric Shwartz, quien esta semana señaló que «los peores días han quedado atrás, pero la magnitud de la destrucción es todavía enorme».
Shwartz recordó la conmoción mundial tras el paso de la ola gigante que azotó a doce países asiáticos el 26 de diciembre de 2004, segó al menos 220.000 vidas, dejó decenas de miles de huérfanos y forzó el desplazamiento de dos millones de personas.
Tras admitir que la ayuda de emergencia de la comunidad internacional no tuvo precedentes -con la aportación de 13.600 millones de dólares-, reconoció que aún hay un largo camino que recorrer.
En ese sentido, hizo hincapié en la devastación física que provocó la ola gigante, con más de 3.200 kilómetros cuadrados de terreno en ruinas y 430.000 casas completamente destruidas.
Shwartz, asistente de Bill Clinton -enviado especial de la ONU-, indicó que la prioridad del ex presidente de EEUU es presionar a los países donantes para que sigan prestando atención a las poblaciones afectadas. También Deepak Bjattasali, represente del Banco Mundial (BM), aprovechó la ocasión para subrayar que pese a «iniciarse poco después del desastre, la reconstrucción podría requerir de cinco o diez años para completarse».
Afirmó que el proceso implica no sólo mejorar las condiciones de vida de los damnificados, sino también acelerar el crecimiento de la economía, con la creación de puestos de trabajo, y restituir la capacidad institucional de los respectivos países.
Reconoció que los resultados en la reconstrucción han sido dispares en los varios países afectados por el maremoto pero señaló que «existe una satisfacción de que el proceso va por buen camino».
Johan Schaar, de la Cruz Roja Internacional, destacó la importancia del plan de acción para 2006-2010 a fin de contribuir a largo plazo en la recuperación de las zonas afectadas por el «tsunami».