La infanta Leonor, una niña de pelo castaño, rellenita, «tranquila y muy bonita», según sus padres, los príncipes de Asturias, está ya en casa, una semana después de su nacimiento, el pasado lunes de madrugada, en la clínica Rúber Internacional, de Madrid.
Ya por la noche, la página web de la Casa Real ofreció fotos de familia, con motivo del nacimiento de la infanta Leonor, en las que aparecen los Príncipes, con su primogénita, los Reyes y los padres de Doña Letizia. El lugar elegido para realizar las siete fotografías ha sido el salón de la casa de Don Felipe y Doña Letizia, que se encuentra en el recinto del Palacio de la Zarzuela, muy cerca de la residencia de los Reyes.
Las dos primeras imágenes son primeros planos de la Infanta recién nacida. En otras tantas aparece una vez en brazos del Príncipe de Asturias y otra en los de su madre, Doña Letizia.
Pero el lugar mágico de ayer fue la salida de la clínica Rúber. Radiantes, felices, sonrientes, con la pequeña en los brazos de su madre, los príncipes de Asturias se presentaban a las 12,10 ante las decenas de periodistas, que desde la madrugada aguardaban la primera aparición en público de quien está llamada a ser reina de España.Dormida en todo momento, sin inmutarse ni por el sonido de los flashes de los fotógrafos ni por el griterío de las numerosas personas congregadas a las puertas del Rúber Internacional, apareció la pequeña Leonor, envuelta en una toquilla de color beige y en manos de su madre.
El mismo color elegido por doña Letizia para el abrigo, los pantalones y los zapatos -de tacón- que lució en su primera aparición pública tras su maternidad.«No se puede describir la emoción de ser madre, la felicidad que siento», decía la Princesa ante la mirada feliz de su esposo, don Felipe, quien reconocía ayer, como ya dijeran días atrás el Rey y la infanta Elena, que se le cae la «baba» con su hija. «Es un sueño», apostillaba el Príncipe, que vestía un traje azul y corbata amarilla.