El número de víctimas mortales producidas por las inundaciones que asuelan Europa central asciende ya a 50, aunque tanto en Alemania como en Austria y en Suiza las alertas han disminuido sensiblemente.
En el distrito transilvano de Harghita, en el norte de Rumanía, fueron recuperados ayer los cuerpos sin vida de las 13 personas arrastradas por las aguas tras las lluvias torrenciales del martes pasado, con lo que el número de fallecidos en este país son ya 41. Tres personas continúan desaparecidas, entre ellas una niña de cuatro años.
En Alemania, el peligro de inundaciones por riadas en el sur del país decreció sensiblemente en las últimas horas, aunque la situación en algunas comarcas sigue siendo crítica.
Ese es el caso en la región de Kelheim, donde las autoridades activaron ayer las alarmas, tras registrarse un aumento de casi dos metros en el caudal del Danubio, que ahora alcanza los 7,40 metros, por lo que más mil bomberos, soldados y voluntarios levantan desde anoche barreras con sacos de arena e intentan bombear el agua que se filtra.
En Austria, las autoridades han bajado la alerta de posible desbordamientos del Danubio y otros ríos tras cesar las fuertes lluvias e inundaciones que afectaron a gran parte del territorio de esta república y se cobraron cuatro vidas.
En Suiza, la situación en la región central ha mejorado, pero persiste el riesgo de que se produzcan más deslizamientos de tierra y derrumbes. En el cantón de Lucerna, el más afectado por el fenómeno natural, el nivel de las aguas desciende lentamente pero todavía se encuentra lejos de su caudal habitual.