La oficina de Tráfico implantada por el Ajuntament de Ciutadella a finales de 2003 ha realizado 1.880 trámites y ha atendido 1.454 consultas durante su primer año y medio de funcionamiento. Casi dos tercios de los asuntos gestionados, 1.134, han consistido en la prórroga de permisos de conducir, sujetos a tasa, a automovilistas de entre 18 y 70 años de edad.
En el primer semestre de este año ya se han prorrogado más carnets que a lo largo de todo 2004, lo que la concejal Antònia Gener interpreta como «un incremento del servicio, que ya es conocido y está siendo cada vez más utilizado para evitar desplazamientos innecesarios a Maó».
Este fue, precisamente, el objetivo que impulsó al equipo de gobierno a facilitar la creación de esta ventanilla única de Tráfico, a la que asignó un espacio y un funcionario específicos.
Pese a que buena parte de los trámites de la Dirección General de Tráfico resultan «indelegables», la puesta en marcha de la oficina ha servido, al menos, para «acercar un poco más la administración central» a los residentes en Ciutadella, aunque haya sido merced a un «importante esfuerzo» municipal.
En dieciocho meses de actividad, 288 mayores de 70 años han podido prorrogar su carnet sin necesidad de viajar a Maó, mientras que se han expedido 198 duplicados y se ha tramitado la baja definitiva de 260 vehículos, en su mayor parte motocicletas.
De hecho, desde el 1 de abril del año pasado, la oficina ya se dedica sólo a dar de baja motos, puesto que es necesario desguazar cualquier coche antes de eliminarlo formalmente de la circulación. El centro de descontaminación (CARD) instalado en Son Salomó efectúa estos trámites en contacto directo con la Prefectura Provincial de Tráfico en Maó.
El número de consultas ha decrecido respecto del año pasado, pero Gener lo atribuye a que «el servicio ya está consolidado y la población empieza a saber cuáles son los trámites que realmente pueden gestionarse desde Ciutadella».
La propia encargada del servicio, Merche Morillas, facilita impresos que sólo pueden obtenerse en Maó y así contribuye a evitar desplazamientos estériles a la otra punta de la isla. Cualquier ayuda es buena si permite ahorrar tiempo.