Hoy es un día de reflexión, no de celebración. Así nos lo ha hecho saber el mismísimo Michael. Con mirada serena y tranquila, Jackson salía de la corte tras conocer el veredicto del jurado. No estaba sorprendido, pero sí aliviado. La espera nos ha dado la razón a los que desde un principio defendíamos la inocencia del acusado. Ahora todo está más claro y cada cuál está en su sitio.
Lejos de los deseos de la prensa, Michael no ha montado ningún circo, no se ha subido a la furgoneta, no ha realizado ningún tipo de señal de furia o declaración que pudiera avivar la llama de venganza que tienen sus fans hacia el derrotadísimo fiscal Thomas Sneddon. Su único deseo era llegar a su casa y descansar junto a sus hijos y familia.
Lentamente, Santa Maria se va quedando vacia. Cientos de personas recogen los chiringuitos montados alrededor de la corte, puestos de comida, platos improvisados de TV y hasta algún puesto de venta de merchandasing. Esto ha terminado. Aquí ya no hay beneficios para nadie. Entristece pensar que la vida de un ser humano ha sido vapuleada hasta la saciedad con el único objetivo de llenar las parrillas de televisión y algún que otro bolsillo.
Michael no quiere las disculpas de nadie, pide que nos sentemos y pensemos en lo ocurrido. Cómo se ha llegado a una situacion tan seria y cómo hemos de evitar la próxima vez en caer en el peligroso mar de las especulaciones y de la rumorología. Michael me ha enseñado a no juzgar a nadie sin conocerle y eso es precisamente lo que medio planeta debería poner en práctica. Para gran parte de la opinión pública, Michael ya era culpable incluso mucho antes de que comenzara el juicio y tuviera oportunidad de defenderse. Un poco injusto, ¿verdad?
Ahora es tiempo de descansar, de pensar, de recoger los bártulos y volver a la vida cotidiana, lejos del complicado mundo de Michael. Tengo ganas de volver a la tranquila isla de Mallorca y esperar a que lentamente todo vuelva a su cauce. Tengo ganas de que Michael recupere el trono que le fue arrebatado hace dos años, cuando fue arrestado, esposado y humillado públicamente delante de todo el mundo. Tengo ganas de MICHAEL JACKSON, el cantante, el compositor, el bailarín, el creador de videoclips innovadores, eshowman del que todos los grandes de ahora han aprendido, en definitiva, tengo ganas deRey del Pop. Un Rey que según tengo entendido, volverá y lo hará a lo grande. Me lo ha dicho él, y yo, una vez más... le creo.