Más de mil ONG, sindicatos, asociaciones civiles y de la iglesia hicieron ayer un llamamiento a la movilización ciudadana para exigir a los gobiernos que adopten medidas urgentes contra la pobreza y animaron a toda la sociedad a manifestarse el próximo 26 de junio en las calles de Madrid.
Con el objetivo de que se convierta en «la mayor movilización de la historia de España contra la pobreza», representantes de estas organizaciones ofrecieron una rueda de prensa y presentaron las actividades que se organizarán en cerca de 120 países antes de que se celebre en Escocia, en julio, la reunión del G-8, los países más ricos del mundo.
Según explicó el portavoz de la Coordinadora de ONG de Desarrollo de España (CONGDE), Pablo Martínez, la campaña «Pobreza Cero» se enmarca en el «Llamamiento mundial contra la pobreza», una alianza que quiere presionar a los 189 jefes de Estado y de Gobierno que cumplan los Objetivos del Milenio que suscribieron en el año 2000 en la Asamblea General de la ONU.
Con las tendencias actuales, aseguró, en la fecha fijada, 2015, no se cumplirá prácticamente ninguno de esos objetivos: reducir a la mitad la pobreza extrema y el hambre, universalizar la enseñanza primaria, reducir la mortalidad infantil en dos terceras partes, lograr la igualdad de género, detener la propagación del sida, el paludismo y la tuberculosis, garantizar un medio ambiente sostenible y promocionar el comercio justo.
Un vídeo en el que aparecen varios de los líderes mundiales que suscribieron los acuerdos hace ya cinco años y los incumplimientos de sus compromisos -cada día mueren 24.000 personas de hambre- llama a la movilización mundial, mensaje que lanzan artistas como el cantante Bono o la actriz Scarlett Johanson.
El mismo cantante se reunió ayer con el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, y pidió a los líderes de los Veinticinco que ratifiquen sus compromisos de ayuda a Àfrica para devolverle el rumbo a Europa tras la crisis de las últimas semanas por el 'no' en Francia y Países Bajos a la Constitución. «Eso es lo que desean los europeos, capacidad de liderazgo, que empecemos a tomar cartas en el asunto», dijo.