Un total de 890 municipios de los 946 que hay en Catalunya han sido declarados zonas de «excepcionalidad» por la escasez de agua, lo que significa que en sus términos municipales se deberá reducir el consumo de agua en la industria, los riegos y el aprovechamiento hidroeléctrico.
El director de la Agencia Catalana del Agua (ACA), Jaume Solá, explicó ayer en rueda de prensa que hoy entra en vigor un edicto, que se actualizará cada 15 días, en el que se identifican las áreas de Catalunya «que han entrado en excepcionalidad, de acuerdo con los criterios del decreto de sequía aprobado en mayo».
Solá resaltó que esta situación, que afecta al 95% de los municipios catalanes, es «preventiva, de cara a conseguir que no haya problemas de restricciones y, por tanto, no queremos que cunda la alarma, sino que la gente se conciencie».
A partir de hoy, en los municipios de la cuenca del Ter los regantes verán disminuidas sus dotaciones de agua en un 20%, mientras que aquellos que aprovechan el agua de los ríos para generar energía eléctrica sólo podrá usar lo que baje por estas cuencas, «la mínima agua que estamos dejando salir de los embalses», precisó el director del ACA. Solá advirtió de que quienes aprovechan el agua a pie de presa «sólo podrán turbinar el agua que salga de la misma para garantizar que más adelante haya agua suficiente para abastecer a la población».
La actual situación de sequía que hay en Catalunya es la más grave de los últimos 60 años, y según los datos estadísticos que existen sería parecida a la del año 1945.
Las lluvias caídas en España desde septiembre del año pasado a mayo de este año han dejado 367 litros por metro cuadrado, mientras que en el mismo periodo del año hidrológico pasado, se recogieron 650 litros por metro cuadrado, es decir, este año hidrológico ha llovido un 44 por ciento menos.