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Absueltos tres activistas de Greenpeace que protestaron por la guerra de Irak

El juzgado condena al capitán del «Rainbow Warrior» a seis meses de prisión

Daniel Rizzotti, capitán del «Rainbow Warrior», barco insignia de Greenpeace.

EFE-CÀDIZ
El Juzgado de lo Penal número 1 de Cádiz ha absuelto a tres ecologistas de Greenpeace juzgados por una protesta contra la guerra de Irak, ha condenado a seis meses de prisión al capitán deRainbow Warrior por desobediencia grave y ha impuesto una multa a otro de los activistas que participaron en la protesta.

En la sentencia, el Ministerio Fiscal considera como hechos probados que en marzo de 2003, mientras se encontraban en la base naval de Rota (Cádiz) buques de guerra estadounidenses que iban a ser presuntamente destinados a la guerra de Irak, y en el contexto de una serie de protestas organizadas por Greenpeace, el buque de la organización Rainbow Warrior acudió a la zona para continuar las protestas.

En el buque se hallaban todos los acusados como integrantes de la organización, que había protagonizado diferentes acciones de protesta que incluían la navegación por la bahía y fuera de la zona de seguridad de la base de lanchas neumáticas con pancartas en contra de la guerra, aunque el día 14 salieron cuatro de estas embarcaciones y se dirigieron a la zona de seguridad de la base para colocar pancartas.

Éstas fueron perseguidas por lanchas de la Guardia Civil que trataron de evitar la aproximación, pero tras realizar maniobras de evasión, dos de los acusados, María Teresa Ambrós y Lawrence Martin, se subieron a la boya para colocar una pancarta, momento en el que fueron detenidos.

Por su parte, el capitán del buque, Daniel Rizzotti, fondeó en la zona de seguridad de la base, pese a estar prohibido, y aunque fue requerido por la Guardia Civil para que abandonase la zona, hizo caso omiso al requerimiento.

El Juzgado de Primera Instancia de Rota autorizó entonces a la Unidad de la Policía Judicial a que entrase en la embarcación y notificase al capitán que debía abandonar la zona, pero tras más de una hora y media, el barco seguía allí y los tripulantes se encerraron en el puente.

La Guardia Civil cortó entonces la cadena del barco y dos remolcadores lo condujeron al puerto de Cádiz, donde la Guardia Civil forzó la puerta que da acceso al puente de mando, quedando en el pasillo Phillip Walter, que trató de impedir a los agentes su avance. Al tratar de bajar los agentes, la escotilla estanca cayó, sin que se haya determinado la causa, causando lesiones a dos agentes. La sentencia considera que se trata de una falta de orden público por la que se le impone una multa de 600 euros.

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