EFE-FRANCE PRESS-ROMA
Roma vuelve a prepararse para una nueva avalancha de fieles. Está
previsto que medio millón de personas acudan al Vaticano a la misa
de entronización del Papa Benedicto XVI, que se celebrará hoy en la
Plaza de San Pedro. Se cree que sólo de Alemania llegarán unas
100.000. Unos 10.000 agentes velarán por la seguridad de los
peregrinos y de las delegaciones, aunque serán menos numerosas e
importantes que durante el funeral. Asimismo, varios cazas del
Ejército italiano estarán preparados para despegar en caso de que
se detecte un avión fuera de control, y se desplegarán baterías de
misiles HAWK.
El papa Benedicto XVI oficiará la misa de inicio de Pontificado, a la que ha querido dar un fuerte valor simbólico para resaltar la dimensión «petrina» (de Pedro) de su ministerio y durante la cual recibirá Palio (estola) y el Anillo del Pescador, que simbolizan el poder pontificio. El rito que se seguirá es el resultado de la reforma del Concilio Vaticano II, una vez abolido el uso de la tiara en el papado de Pablo VI, e incluye tres «novedades»: rezo ante la tumba de San Pedro, uso de un palio (estola) reformado, más largo, e imposición del Anillo del Pescador que llevará inciso el sello papal.
La ceremonia comenzará poco antes de las diez de la mañana, cuando en medio de una basílica totalmente vacía Benedicto XVI bajará a la Tumba de Pedro junto con los patriarcas de las Iglesias Orientales. Allí permanecerá unos minutos rezando tras lo cual subirá a la basílica, para unirse en procesión al resto de concelebrantes y religiosos con los que se dirigirá hasta el sagrario de la plaza de San Pedro, donde se celebrará la Misa solemne en presencia de más de un centenar de delegaciones oficiales de todo el mundo y cientos de miles de personas.