El Ministerio de Sanidad y Consumo denunció ayer el deterioro del sistema sanitario durante los seis últimos años de gobierno del PP. Se refirió concretamente a la congelación del gasto público con un simultáneo crecimiento de la población. Son conclusiones del primer informe anual del Observatorio del Sistema Nacional de Salud, correspondiente a 2003, en el que también se denuncia que durante los últimos años se favoreció un incremento de la factura farmacéutica y que ha provocado tensiones traducidas en una peor valoración del sistema por parte de los ciudadanos.
Según expuso el secretario general de Sanidad, Fernando Lamata, la congelación de la partida sanitaria en los últimos seis años, el gasto público en esta materia se rebajó desde 1992 a 2002 de un 5,6 a 5,4 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB). De una manera paralela, entre 1998 y 2003 la población en España creció en 2,9 millones de personas. Sólo en el ejercicio analizado, el del año 2003, el incremento de población fue de un 2,1 por ciento respecto al año anterior, lo que favoreció deficiencias en la asistencia.
«Mientras que otros países del entorno aumentaban el esfuerzo para mejorar los servicios y responder a la demanda debido al incremento de la población, España no actuó correctamente», aseguró Lamata. Según este informe, el gasto medio por persona durante el año analizado ascendió a 990 euros.
El informe anual del Observatorio del Sistema Nacional de Salud (SNS) correspondiente a 2003, concluye que el sistema sanitario español «es uno de los mejores del mundo», ya que mantiene una cobertura universal, una red completa de servicios y una dotación de buenos profesionales (más de 420.000 trabajadores), que logra unos óptimos resultados en salud. No obstante, hay deficiencias y retos que mejorar como una mayor inversión en el gasto sanitario y una reducción de la factura farmacéutica, destacó el secretario general de Sanidad, Fernando Lamata. Sin embargo, el secretario general destacó que el sistema «sigue siendo un sistema de cobertura universal, equitativo en función de la necesidad de los ciudadanos y solidario, al estar financiado por los impuestos».