El príncipe Rainiero de Mónaco no presidió ayer los actos de la fiesta nacional del principado, como le habían recomendado sus médicos, tras su reciente hospitalización a finales de octubre.
Los tres hijos de Rainiero, el príncipe heredero Alberto, vestido de coronel de los Carabineros; la princesa Estefanía y la princesa Carolina de Hannover, acompañada de su esposo, Ernst-August, y de su hija Alexandra, presidieron las ceremonias desde el balcón del palacio.
Varios cientos de personas contemplaron desde la plaza del palacio monegasco la tradicional entrega de condecoraciones, el desfile de los carabineros, las marchas militares y la interpretación musical de la policía de Chicago, invitados este año a participar en el cortejo.
Poco antes, en la catedral de Mónaco, el arzobispo Bernard Barsi y los curas de la diócesis celebraron una misa de acción de gracias y un 'Te deum' en honor del príncipe ausente.