PEDRO PRIETO
Sara Montiel ha pasado el fin de semana en Palma, y antes de partir
estuvo visitando al abogado y al notario. «Nada de particular», nos
dijo en lo que encendía el puro camino del mostrador de Son Sant
Joan donde iba a adquirir el billete. Habiendo regresado de Italia,
y a punto de marcharse a México y Nueva York, «a dar dos
recitales», en España Sara tiene abiertos cuatro frentes. Uno, que
su hijo Zeus va a cantar en serio. «Ya está dando clases para
ponerse a punto». Dos, que el presunto hermanastro de Zeus dice que
le quiere conocer. «Eso del hermanastro es un invento. ¡Imagínate,
después de tantos años, que salgan ahora con ésas! Se ve que alguna
televisión ha investigado y ahora quiere sacar partido. Por mi
parte, nada que decir». Tres, su ex, Toni, cabalga de nuevo. «¿Y
qué? Si le pagan por decir esas cosas, alla él -Sara da una calada
al puro-. A mí me da lo mismo». Y cuatro, Gianca, su amor, con
quien dice que se va a casar pronto. «Claro que nos casaremos, pero
no sabemos cuándo aún. Yo ya estoy divorciada de Toni, ¿sabes?, por
lo tanto no hay problemas por ese lado». Le decimos que si están
bien así, para qué se van a casar. «A lo peor, tras haber firmado
el papel del matrimonio, luego resulta que esto no funciona».
«Pues yo ya firmé uno con Pepe Tous y funcionamos durante muchos años. ¿Por qué ahora no tiene que ocurrir lo mismo?»