El sida ha hecho que veinte países del mundo estén ahora menos desarrollados que hace diez años, según el último informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que subraya el efecto desastroso de esta epidemia.
El informe, que se presenta en Bruselas con el título «La libertad cultural en el mundo diverso de hoy», muestra que en 46 naciones, de las cuales casi la mitad está en Africa Subsahariana, el ciudadano común es hoy más pobre que hace una década y en 25 países un mayor número de personas pasa hambre.
La esperanza de vida en ocho países subsaharianos, entre ellos algunos que han sufrido largos conflictos armados como Angola y Sierra Leona, ha disminuido a los 40 años o menos, y la principal causa ha sido el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y el sida, la enfermedad causada por ese virus.
El dato contrasta con el que registran los cinco países con más desarrollo, donde la esperanza de vida al nacer es de 79 años.
Las situaciones de crisis o inmediatamente posteriores también han sido un obstáculo para el desarrollo de otros países africanos, como República Democrática de Congo, un país de grandes riquezas naturales.
Los cinco estados con los niveles más bajos de desarrollo humano son Burundi, Mali, Burkina Faso, Níger y Sierra Leona, que se encuentra por séptimo año consecutivo en el último lugar de la lista.
Por otra parte, el aparentemente ambicioso Plan de Emergencia para luchar contra el sida de Estados Unidos está siendo blanco de críticas todos los días en el congreso de Bangkok. Los tres pasos en los que se basa la política preventiva estadounidense -abstinencia, fidelidad y preservativos, por ese orden-, son considerados poco prácticos por estar más basados en la fe religiosa que en la educación. Así lo aseguraron diferentes expertos que intervinieron ayer en la sesión dedicada al sida y la mujer. El malestar ante el proyecto se hizo también patente cuando Randall L. Tobias, coordinador del plan global de sida de Estados Unidos, fue recibido con un amplio abucheo durante su intervención en la sesión plenaria. Los activistas que le abroncaron denunciaron los obstáculos que existen para comprar genéricos con los fondos otorgados por EE UU.
La Administración Bush rechazó aumentar el presupuesto a lucha contra el virus.