EFE-VIENA
Austria dio ayer en Viena el último adiós a Thomas Klestil,
fallecido el pasado martes, en un funeral de Estado marcado por la
presencia de 25 jefes de Estado y las muestras de afecto al
presidente federal considerado como el más popular e internacional
de la república alpina.
Los austríacos rindieron así un homenaje multitudinario a la memoria del que fue su presidente durante los últimos doce años y que murió a los 71 años de edad tras sufrir un infarto de miocardio, apenas dos días antes de terminar su mandato.
Miles de personas acompañaron el trayecto de la comitiva fúnebre desde la Catedral de San Esteban, en el casco histórico de la capital, hasta el Cementerio Central en la zona este de la ciudad. Allí, los restos mortales de Klestil descansarán en el mausoleo presidencial, cerca de las tumbas de personalidades ilustres de la historia de Austria, como los compositores Ludwig van Beethoven o Johannes Brahms, o políticos como el mítico canciller Bruno Kreisky.