El Informe sobre Recursos Mundiales 2004, presentado ayer, víspera del Día Mundial del Medio Ambiente, alerta de que la mala gestión de los recursos naturales aumenta la marginación de los pobres y denuncia que la corrupción es una causa fundamental de la degradación de los recursos naturales en todo el mundo.
El informe, dado a conocer de forma simultánea en Madrid y Washington, resalta que los ecosistemas son el motor vital del Planeta y la base primordial de la economía global, y defiende cambios fundamentales en la manera en que se toman las decisiones sobre los recursos naturales, especialmente en las naciones pobres o en vías de desarrollo.
A lo largo de más de 300 páginas, el informe titulado «Recursos Mundiales 2004. Decisiones para la Tierra: Equilibrio, Voz y Poder» incide en la total dependencia de los ecosistemas y entre otros datos apunta que el valor anual de la producción agrícola mundial es de 1,3 billones de dólares y sin embargo el 52 por ciento de las tierras agrícolas del mundo muestran una degradación del suelo.También señala que 350 millones de personas dependen directamente de los bosques para sobrevivir y sin embargo la cubierta forestal mundial se ha reducido el 46 por ciento.
Otros datos sobre los desequilibrios: uno de cada seis seres humanos dependen del pescado para sobrevivir mientras el 75 por ciento de las pesquerías están explotadas o sobre-explotadas; el 41 por ciento de las personas vive en cuencas fluviales con aguas degradadas y el 60 por ciento de las cuencas fluviales están muy o moderadamente fragmentadas por presas.
El Informe señala que los signos evidentes de la mala gestión de los asuntos ambientales se aprecian en la incapacidad de las instituciones gubernamentales para manejar los ecosistemas, y critica que las causas de la degradación de los ecosistemas tienen sus raíces en un sistema económico que a menudo premia la explotación.