Un cirujano francés espera la luz verde de un comité ético para llevar a cabo una inédita operación que permita trasplantar a un paciente el rostro de un donante muerto.
El doctor Laurent Lantieri, del hospital Henri-Mondor en Creteil, está «listo» para el injerto y dispone incluso de un candidato «interesado» en recibir el rostro de un cadáver.
Tras dos años de discusión, el Comité Nacional Consultivo de Etica (CCNE) emitirá el 2 de marzo próximo su opinión sobre el proyecto.
«Se trataría de trasplantar, en un sujeto en el que el injerto de su propia piel no ha funcionado, el rostro de un donante muerto, pues la sutura de las arterias y los nervios faciales se encuentra en el terreno de lo posible», según el experto.
Según Lantieri, «en algunos casos de quemaduras, de trauma balístico o de grave malformación genética, hemos fracasado a la hora de volver a dar un rostro humano a pacientes desfigurados», que «se ven condenados a vivir eternamente escondidos tras una máscara».
Tras una vasta investigación entre los servicios franceses de cirugía plástica y las unidades de quemados, el experto ha establecido un censo de pacientes en los que el sistema tradicional de trasplante no ha funcionado y ha encontrado un candidato al injerto.