El texto aprobado por abrumadora mayoría, que suscita fuertes reservas o la franca oposición de organizaciones musulmanas, obtuvo 494 votos a favor, 36 en contra y 31 abstenciones en la votación llevada a cabo en la Asamblea Nacional (Cámara de los diputados). El proyecto pasará ahora al Senado.
«La República y el laicismo salen reforzados de vuestro trabajo», dijo el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, nada más conocerse el resultado de la votación.
El partido gobernante, la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), que posee mayoría absoluta en el Parlamento, y el Partido Socialista (PS) votaron casi de forma unánime a favor del texto sobre uno de los grandes debates de los últimos tiempos en Francia.
La centroliberal UDF, que teóricamente forma parte de la mayoría conservadora, se dividió casi a partes iguales entre el apoyo y la abstención, mientras que entre las filas comunistas, un tercio se decantó a favor y el resto en contra.«Es una ley de clarificación y apaciguación», defendió el presidente del grupo de la UMP, Jacques Barrot, antes de añadir que el texto impone «límites al proselitismo y permite la afirmación discreta de la pertenencia religiosa».
El texto, de solo tres artículos, propone prohibir «los signos y vestimentas que manifiesten ostensiblemente la pertenencia religiosa de los alumnos», establece que se aplicará en toda Francia y fija su entrada en vigor a partir de septiembre próximo.