EUROPA PRESS-BRATISLAVA
La difícil visita a Eslovaquia del Papa Juan Pablo II, afectado por la enfermedad de Parkinson, ha aumentado los temores de algunos de sus próximos colaboradores que piensan que se trata del último viaje que realiza el Sumo Pontífice fuera de Italia. Pero a pesar de su delicado estado de salud, el Papa pudo concluir ayer su visita a Eslovaquia, donde beatificó a dos figuras del catolicismo eslovaco víctimas de las persecuciones comunistas.
«Es difícil decir si volverá a viajar», reconoció el cardenal Jozef Tomko, quien lo acompañó durante esta visita pastoral. «Estamos todos en manos de Dios».
Debido a la fatiga mostrada y a las dificultades físicas presentadas por el Papa, los pronósticos no son muy alentadores. Siempre dispuesto a minimizar todo lo concerniente a la salud del Sumo Pontífice, Joaquín Navarro Valls afirmó que no ve obstáculo alguno para que Juan Pablo II no pueda realizar más viajes.