Varios de cientos de cadáveres, de la miles de víctimas causadas por la ola de calor en Francia reposan en diferentes depósitos de París y la región de Ile-de-France, al no haber sido reclamados por sus familiares. El alcalde de la capital francesa, Bertrand Delanoe, se ha visto obligado a alquilar un almacén refrigerado y nueve camiones frigorífico.
Delanoe informó de que un equipo de crisis formado por 20 personas comenzará a buscar a los allegados de estas personas sin reclamar, víctimas relacionadas con las altas temperaturas sufridas en Europa durante las tres primeras semanas de agosto.
No descartó, no obstante, la posibilidad de que muchos de ellos viviesen tan aislados que nadie acuda a buscarlos.
Para paliar el desbordamiento de pompas fúnebres en la región el plazo legal entre el fallecimiento y el entierro fue ampliado la semana pasada de seis a diez días.