El Consejo de Ministros aprobó ayer la reforma de la Ley de Reproducción Asistida de 1988, con el fin de dar cobertura legal a la investigación con células madre embrionarias con fines terapéuticos. De esta manera, según destacó la ministra de Sanidad, Ana Pastor, se permite dar salida a los embriones congelados que hay en España, sobrantes y no viables en procesos de fecundación «in vitro», que serán usados en la investigación terapéutica de enfermedades degenerativas como la diabetes, el Alzheimer o el Parkinson, pero bajo un estricto control.
Pastor manifestó el compromiso del Gobierno para que esta reforma legal se apruebe antes de que se disuelvan las Cortes, previsiblemente a principios del próximo año, teniendo en cuenta la inminente conclusión de la actual legislatura. La iniciativa pretende establecer criterios para evitar la acumulación de los embriones sobrantes congelados en su conjunto e incluye nuevos criterios para reducir el «excesivo número de partos múltiples y sus riesgos asociados para la madre y el bebé».
No obstante, el Gobierno estableció varias restricciones a esta enmienda con el fin de controlar las investigaciones. Por un lado, se requiere del permiso de los padres para poder llevarlo a cabo, y únicamente cuando no exista otra alternativa terapéutica con las mismas probabilidades de éxito. Por otro, se fija el número mínimo de embriones, que serán 2 o 3 como mucho, que pueden implantarse a las mujeres que decidan someterse a procesos de fecundación, y se limita a este mismo número el máximo de ovocitos que pueden ser fecundados.