EFE-SINGAPUR
Uno de los doctores dijo ayer que, pese a que la operación progresa
con lentitud, no existe razón de alarma y las pacientes están
reaccionando positivamente a la cirugía. Añadió que el estado de
las siamesas es estable y el ambiente en el quirófano, donde se
trabaja al son de música clásica, es de calma. La intervención, que
podría costar la vida a Ladan y Laleh Bijani, de 29 años, presentó
complicaciones cuando los cirujanos plásticos empezaron a abrir el
cráneo compartido y encontraron huesos más duros y compactos de lo
esperado.
La laboriosa tarea de mantener a las siamesas en posición sentada en la mesa de operaciones, aunque fue especialmente diseñada para este caso, también se ha cobrado más tiempo del calculado en un principio.
El equipo de cirugía plástica empezó por realizar la craniotomia, que tomó seis horas, y entonces los neurocirujanos tomaron el relevo para poner un «by-pass» para una de las hermanas, ya que ambas comparten la misma arteria vital de suministro de sangre al cerebro.
Los médicos extrajeron una vena de la pierna derecha de Ladan para utilizar como sustitutivo de esta arteria principal, que es del tamaño de un dedo, aunque no revelaron en cuál de las hermanas fue utilizada.