Cuatro jóvenes con intención de gastar una broma fueron detenidos cuando pretendían burlar la seguridad del castillo de Windsor (a las afueras de la ciudad Londres) tras una juerga nocturna, según informaron ayer fuentes de Scotland Yard.
Cuatro varones de unos veinte años de edad fueron los protagonistas de este nuevo intento de poner a prueba la seguridad de la residencia real, que últimamente ha sido puesta en entredicho por diversos incidentes ocurridos de este estilo. Tras ser detenidos e interrogados por la policía, los cuatro implicados fueron puestos en libertad sin cargo alguno.
Fuentes policiales afirmaron ayer que se trata únicamente de «una broma irreflexiva después de haber pasado los cuatro jóvenes una noche de juerga en Windsor», sin querer dar más importancia al asunto.
Pero lo cierto es que este hecho ha tenido lugar después de que dos periodistas pertenecientes al tabloide británico «Sunday Mirror» consiguieran también entrar en el recinto sin tener que recurrir para ello a «pases falsos, maniobras clandestinas o deslumbrantes disfraces», según publicó ayer este diario.
Las mismas fuentes de Scotland Yard negaron que este incidente haya supuesto un menoscabo para la seguridad del castillo y aseguraron que en ese momento no había dentro miembros de la familia real británica. «Se permitió a un vehículo acceder al aparcamiento del recinto tras obtener el permiso de un miembro del personal del castillo», señaló una portavoz de Scotland Yard, que en cambio añadió que «el área de seguridad protegida de Windsor no llegó a ser quebrantada» por los dos periodistas.